Cathy Hutchinson lleva más de quince años sin mover los brazos y las
piernas. Gracias a un interfaz, y a un sensor implantado en su cerebro,
ha conseguido mover un brazo robótico y beber de una botella de café
controlando el dispositivo con su mente. La investigación, publicada en
Nature, es solo un adelanto de cómo estas tecnologías cambiarán la vida
de estas personas en un futuro.
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